miércoles, 25 de abril de 2012

El maestro todavía puede enseñar

Ya solo quedan dos. Kobe y Durant son los únicos con balas en el cargador, y la carrera por ser el máximo anotar de la liga regular no se decidirá hasta el “Clutch-Time" del jueves . Tras los 32 puntos de esta madrugada, el de los Thunder depende de sí mismo para batir a "The Black Mamba". Un partido para cada estrella y una diferencia de menos de una décima. ¿Quién tiene más y menos posibilidades?


Si el corazón no tuviera colores, lo lógico es decantarse por el alero. Con un 49,7 % en tiros de campo y siendo el sexto hombre de la liga que más anota en transición rápida, le basta con jugar el único partido que le queda como nos tiene acostumbrados.

Para quien crea que puede fallar ante los Nuggets, recuerdo que su “career high” está en 51 puntos, y casualidades de la vida, ante este mismo equipo el pasado 19 de febrero. Demasiadas casualidades para alguien que tiene licencia para matar en su franquicia. Tras el 7/19 de hoy ante Sacramento, de ninguna manera sorprenderá que KD lance más de 25 o 30 tiros, o más si hacen falta. Y es que ningún ego de estas dimensiones deja escapar un galardón.


Pero claro, algo me arde por dentro cuando veo al 24. Detractores a un lado, siempre hay una cámara atenta por si encesta 81. Los héroes héroes son, aunque en esta ocasión puede que no llegue a tiempo de repetir premio, como en 2006 y 2007. Este año ha anotado 67 puntos en dos partidos a Sacramento. Un no llamativo 43% en tiros durante la temporada no es el mejor compañero de viaje. Y menos saber que solo el 44% de sus canastas vienen tras asistencia de alguno de sus compañeros.

El hecho de  tirase 12 veces en el último partido ante SAS y sus posteriores declaraciones en las que ironizaba que “"Si de verdad me interesase ser el máximo anotador, ¿habría tirado tan poco?” huelen más a humo de fogata de verano que ha realidad. A estas alturas pocos son los crédulos: ni Kobe se rinde, ni Ron Artest soltó ese codazo sin querer.

Sin desviarnos de lo que nos centra. Si ese a quien la sombra del más grande le persigue desde sus inicios está bien de sus problemas físicos, no es que espere, es que rezo por ver una azaña. Pero claro, los datos están ahí. Y por encima de todo, las sensaciones. Esta temporada Laker ha estado llena de lagunas. Vuelve Kobe. Durant todavía tiene que aprender.

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